Metodología de investigación criminal

Metodología de Investigación en Criminología. Rosemary Barberet Raquel Bartolomé Gutiérrez. Editorial Tirant lo Blanch

Libro recomendado por Vicente Garrido

Esta obra, Metodología de investigación criminal, es todo un acontecimiento. Nunca se había publicado por autores españoles un compendio tan completo sobre los métodos de investigación que utiliza la Criminología. Rosemary Barberet, Raquel Bartolomé y Esther Fernández Molina llevan años haciendo contribuciones importantes a la investigación criminológica, y en este libro esa experiencia se nota, tanto en la estructuración de los diferentes bloques conceptuales y capítulos, como en la nómina de los profesores invitados a participar, que son bien conocidos por los lectores de las publicaciones criminológicas.

Todo lo que se relaciona con el concepto, diseño, ejecución y evaluación de una investigación criminológica tiene su lugar aquí: desde la ética hasta un listado de bases de datos y de bibliografía que son de especial interés para todo investigador, incluyendo la investigación cualitativa y la cuantitativa, y sin olvidar la necesaria comunicación de los resultados a la sociedad.

Este libro debería ser un manual obligado en los estudios de grado de esta disciplina, además de ser una obra que todo investigador puede consultar con provecho, porque hay materia suficiente para que en muchos momentos deseemos asegurarnos de cómo abordar una cuestión práctica en un diseño de investigación, ya sea referida a la elaboración de una encuesta, realizar un muestreo o preparar un grupo focal.

Animo a todos los criminólogos y profesionales relacionados con esta disciplina a que incorporen este manual en su biblioteca. No lo lamentarán. Si lo aprovechan, no solo podrán diseñar mejor sus estudios, sino que podrán comprender mejor y someter a crítica el rigor de los informes y estudios que revisen.

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EL silbido del arquero

EL silbido del arquero, Irene Vallejo, Contraseña Editorial

Irene Vallejo, EL silbido del arquero, Contraseña Editorial, Zaragoza 2015, 210 pp.

Libro recomendado por Esteban Bérchez

En la portada un hombre y una mujer caminan en sentidos opuestos. En sus cuerpos se distinguen las huellas de un prístino abrazo. Presumo que son Eneas y Elisa, los protagonistas de la historia, obligados —¿por el destino?— a interrumpir su historia de amor y a marchar cada uno por su lado. La ilustración, de Elisa Arguilé, cobra entonces (más) sentido después de haber leído el libro. Podía parecer por el nombre de sus protagonistas una versión de la Eneida de Virgilio, pero no, es más bien una novela inspirada en la epopeya virgiliana y, más en concreto, en el episodio amoroso de Dido —también llamada Elisa— y Eneas, en donde cobran importancia no solo los amantes, sino también la hermanastra de Elisa, llamada Ana; Eros, el dios del amor; Yulo, el joven hijo de Eneas que aunque apenas habla, envuelve con su presencia la narración; y finalmente Virgilio, el poeta que con dificultad y pesar soporta el encargo que le ha hecho el emperador de escribir el poema nacional romano. Se trata de monólogos, a la manera de las Cartas de Heroínas de Ovidio, en los que distintos personajes cavilan sobre los aconteceres y ahondan en sus más profundos sentimientos y todo ello en un estilo —el de Irene Vallejo, Doctora en Filología Clásica y novelista galardonada— suave, pulcro, conciso y reflexivo. Sírvannos de muestra algunas frases extraídas de sus páginas.

“Un náufrago siempre es un hombre alegre —afirma Eneas tras una tormenta—, al menos hasta que se detiene a pensar” y, acordándose de su padre ya fallecido, el héroe lamenta: “La costumbre de ser hijo perdura más allá de la muerte que siega los lazos. A partir de ahora, todos los vendavales, todas las tempestades me encontrarán huérfano”. Eros, en un intento por evitar que Elisa pronuncie palabras inadecuadas, declara: “Hago callar a Elisa, colocándole el dedo en ese surco que une la nariz y el labio de todos los humanos y que, considerando la precipitación y torpeza con que tantas veces se lanzan a hablar, siempre me ha parecido la huella de algún fallido intento divino de sellarles la boca”. “Aquellos a quienes hoy llamamos héroes —refiere Virgilio aludiendo a su Eneida— fueron un día seres azotados por la desgracia. De la vendimia del sufrimiento brota el vino de las leyendas. Yo conozco el sufrimiento, la duda, el pesado lastre del miedo, pero también he experimentado la redención y el consuelo de las palabras. Ahora lo sé. Yo puedo escribir este poema. He encontrado mi voz”.

Los clásicos —y la Eneida lo es con mayúsculas— siempre han alimentado vocaciones y han inspirado un sinfín de composiciones literarias. El silbido del arquero no es una adaptación de la obra virgiliana, cobra entidad por sí misma y —¡eso sí!— nos hace volver, acaso de una forma más reflexiva y desde un punto de vista diferente, a los versos del Mantuano. Nada más se puede pedir a un libro.

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A propósito de Il birraio di Preston (La ópera de Vigàta) y Camilleri

La ópera de Vigàta. Andrea Camilleri. Editorial Destino

Libro recomendado por Francisco de Paula Blasco y Gascó

Hay personajes que marcan a su autor, que lo absorben hasta el punto de hacerse co-existentes, co-extensivos: el uno no se entiende sin el otro (siendo uno y otro, indistintamente, personaje y autor).

Yo quiero llamar la atención sobre el autor más allá del personaje. Y, en concreto, sobre el Andrea Camilleri más allá del entretenido Salvo Montalbano (heredero de otro personaje coextensivo de su autor). Camilleri es más que los treinta y siete títulos (el primero, La forma dell’acqua en 1994; el último, Il cuoco dell’Alcyon este mismo año de 2019) que dan vida al resolutivo Montalbano, joven y menos joven en la serie de televisión.

Hay un Camilleri que describe Sicilia, sobre todo la Sicilia de finales del XIX y principios del XX, pero también la actual. Agotado Montalbano, yo me quedo con la metáfora ictícola de La rizzagliata (La muerte de Amalia Sacerdote), La stagione della caccia (La Temporada de caza), Il birraio di Preston (La ópera de Vigàta), El sobrino del emperador, La banda Sacco, El beso de la sirena o la Biografía del hijo cambiado (que es una biografía personal de su paisano Pirandello) y, aunque sólo sea por lo raro que es, La scomparsa di Patò (La desaparición de Patò).

No es extraño que Camilleri sea mucho más que el animado Montalbano. De donde Camilleri (Porto Empedocle), eran Pirandello (Agrigento) y Sciascia (Racamulto). Todos en provincia de Agrigento. Y cerquita, Salvatore Quasimodo (de Modica, en Ragusa).

Camilleri falleció a mediados del mes de julio. A finales, estuve en Sicilia. En Agrigento, un taxista me contaba que había conocido a Camilleri y que lo llevaba a menudo en su taxi. Estaba orgulloso de haberle conocido, de llevarlo e incluso de que Camilleri fumara en su taxi. Le pregunté cómo era y lo describió brillantemente (no obstante el taxista también era de Agrigento). Dijo:

una grande testa, un gran cuore e un grande fumatore”.

¿Y, diréis, Il birraio di Preston (La ópera de Vigàta), El sobrino del emperador, La banda Sacco, El beso de la sirena o la Biografía del hijo cambiado? ¿Que voy a decir? Mejor leerlos.

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Una història d’amor

L’única història. Julian Barnes. Angle Editorial

Llibre recomanat per Martí Domínguez Romero

 

Julian Barnes. L’única història

Julian Barnes planteja la següent qüestió: què és millor estimar molt i patir molt, o a l’inrevés, estimar poc i patir poc…? Sobre aquesta pregunta desenvolupa la trama de la novel·la, la relació d’un jove de divuit anys amb una dona madura, casada, atractiva, de quaranta-vuit anys. Es tracta d’una relació sense futur? Barnes té bon pols narratiu i aconsegueix mantindre el lector interessat en una història amb un argument molt prim. Les infidelitats d’ella, la candor d’ell, la societat anglesa astorada per aquell escàndol, l’alcoholisme, la desfeta… Tot allò salpebrat amb frases aforístiques, sobre les relacions personals, que cauen com martellades. Al capdavall, Barnes aconsegueix el seu objectiu, que és que el lector es mantinga fidel a la lectura, picat en saber com acabarà aquell embolic que cada vegada fa més aire de tragèdia. Els personatges estan suficientment ben construïts perquè no hi haja cap sensació d’impostura, i que malgrat que des de fora puga’m pensar que la cosa està molt clara, els dubtes i les vacil·lacions de la parella es mantiguen versemblants. És fàcil jutjar des de fora, però quan s’està tan profundíssimament enamorat tot és possible. Tot és previsible, però seguim llegint, perquè les històries d’amor sempre són belles i respectables. I, tanmateix, un altre final haguera estat possible. Un final més inesperat. Per què no podien envellir junts, feliços, indiferents de tot? Si la relació d’un home madur amb una jove és ben freqüent, per què ha de ser tan difícil el cas contrari? Fins i tot per a la literatura.

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