Lo que le falta al tiempo

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Libro recomendado por José Félix Escudero Pitarch

Esta que os reseño es una fantástica novela y no al revés, una novela fantástica. Por el lenguaje que utiliza, ancho como un gran río, libre y susurrante como un arroyo, parecería que se mete en el territorio de las literaturas de Carpentier, Roa Bastos o incluso de Bioy o de Borges, pero no. Esta es una novela que refleja la incesante y atormentada búsqueda de la plenitud de todos y cada uno de los personajes importantes del libro, el pintor Cádiz, su mujer, la fotógrafa Sara Miller y la pintora Mazarine, discípula del pintor español afincado en París y supuesta descendiente de La Santa, una figura esencial de la secta de los Arts Amantis, corriente de pensamiento religioso herético entroncada en Los Cátaros.
La autora, escritora colombiana que dirigió en Barcelona una de las más creativas agencias de publicidad y se pasó de modo abrupto y rutilante a la creación literaria, se mueve con enorme destreza por el laberinto emocional que se crea tras la aparición en la vda de madurez del pintor Cádiz de Mazarine, una solitaria y excéntrica aprendiz de pintora que se mete en su taller a recibir clases y acaba conmocionando el entorno anímico, sociológico y vivencias de cuantos la rodean. El halo de milagrosa energía que Angeles Becerra le concede a Mazarine, acaso derivada de la posesión secreta de una antiquísima reliquia, es tan poderoso que exige un lenguaje de partidas resonancia mágica al hecho relatado.
Por momentos es una novela barroca, por momentos se ajusta al realismo mágico, pero la sensación es una derivada del esfuerzo de la autora por relatar de modo contundente los afanes de plenitud de todos y cada uno de los personajes. La trama es esencialmente emocional, gira en torno a la posesión satisfecha e insatisfecha de quienes ostentan las riendas de la ficción, la gran fotógrafa americana, el pintor español, creador del movimiento del dualismo mágico, el hijo de ambos, Pascal, un siquiatra con carencias afectivas derivadas de una educación alejada de sus padres, Mazarine y Jéremie, un miembro de la secta cátara que investiga sin cesar los pasos de Mazarine a la búsqueda de los restos incorruptos de Sienna, símbolo de las creencias de su secta.
El amor que despierta la pintora huérfana en el pintor español y en su hijo Pascal es de proporciones gigantescas, las mismas que dimensionan la búsqueda de la plenitud creativa del matrimonio y las mismas que los llevan al reconocimiento explícito de una decadencia imparable.
A ratos te gustaría una rebaja de la intensidad narrativa, pero no puedes abandonar este relato de vida plena, de muerte al acecho, de Resurrección y esperanza. No os cuento el final de esta hermosa novela. Es uno de los tres posibles que tenia la novela y no es el más improbable,al pasar la última página, se oye de fondo un enorme suspiro.

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