Invisible

Invisible. Eloy Moreno. Editorial Nube de tinta

Libro recomendado por Esteban Bérchez.

Eloy Moreno, Invisible, Nube de tinta, Barcelona 2019.

“Por eso cuando me pegaban en los pasillos, cuando me quitaban el bocadillo en el recreo o cuando me tiraban al suelo ningún compañero me ayudaba, ningún profesor les castigaba… ¡claro! ¡Seguramente no podían verme! Aquello lo explicaba todo: explicaba que nadie me ayudara nunca, la gente no podía ser tan mala, imposible, tenía que haber una razón por la que nadie viera nada de lo que me pasaba”. INVISIBLE. Más allá del estilo o la forma, hay narraciones que impactan, que no dejan indiferente, que afectan por el mero hecho de que consiguen llegar a nuestros más recónditos sentimientos y de alguna forma logran que nos reconozcamos en las situaciones que describe. Ahora está muy de moda la palabra inglesa bullying, que equivaldría a nuestra expresión ‘acoso escolar’, pero me imagino que quien no lo ha vivido no sabe con exactitud lo que es, ni las consecuencias a medio y largo plazo, ni las dimensiones de las secuelas que deja.

Este libro no es solo una historia de un niño que sufre acoso, es también un grito de horror ante las personas que no hacen nada, una llamada de atención ante la pasividad de la gente. Tras la lectura es inevitable, por tanto, realizar examen de conciencia. He buscado entre mis recuerdos como estudiante en el colegio, en el instituto y en la universidad y entre mis experiencias como profesor momentos en los que pude ver un posible acoso y no hice nada o no lo suficiente. Y me asaltan dudas… ¿y si aquello que creía una broma era en realidad una acción reiterada? ¿Y si el decaimiento de un alumno había sido producido por continuas agresiones físicas o psicológicas? ¿Y si el moratón o el corte no lo había producido una caída tonta? ¿Y si no he estado lo suficientemente alerta para detectar un posible acoso? ¡Madre mía! Y a todo eso se une —sí, cuesta hasta escribirlo— la indecencia y la miserabilidad del ser humano. Sin embargo, el libro no es un grito en el vacío, arroja también un leve halo de luz en la penumbra, pues allí donde hay una multitud de personas indiferentes al dolor ajeno, siempre se halla alguien dispuesto a ayudar.

La consecuencia más inmediata de la invisibilidad a la que se ve abocado el acosado es sin duda la soledad. “Lo bueno de ser invisible es que ya nadie me hacía nada, no me pegaban, no me escupían, no se reían de mí, por fin podía salir del instituto e ir tranquilo a casa sin tener que estar mirando a cada momento detrás de mí. Lo malo de ser invisible es que tampoco te ve quien quieres que te vea”. Un libro doloroso, pero revelador, aconsejable por su trepidante historia y por su capacidad para hacernos calibrar nuestras propias actitudes cotidianas.

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R. Hernández: Galdós en la encrucijada

El ensayo biográfico de Rafael Hernández Tristán, eminente biólogo y humanista, apasionado por la figura de Benito Pérez Galdós, se centra en aquellos años adolescentes donde se gestó y consagró la vocación literaria del gran novelista y dramaturgo canario, y sobre los que el autor de los Episodios Nacionales arrojó un casi impenetrable manto de silencio. En sus Memorias de un desmemoriado, don Benito liquidó el relato de su vida antes de llegar a Madrid con el siguiente categórico brochazo de una única frase: “Omito lo referente a mi infancia, que carece de interés o se diferencia poco de otras de chiquillos o de bachilleres aplicaditos”. Punto. Algo que las biografías sobre el autor han revelado falso, ya que fue una época repleta de interesantísimas incidencias y episodios biográficos llamativos, singulares y cargados de claves sobre su personalidad, ideología y predisposiciones artísticas juveniles. ¿Por qué echó tan férreo candado sobre esas vicisitudes y experiencias iniciáticas?

Como todos los biógrafos de Pérez Galdós, Rafael Hernández se encuentra con dos obstáculos formidables alzados en su tiempo por el propio biografiado. Ante todo, el concienzudo esfuerzo galdosiano por celar su vida íntima, lo que uno de sus biógrafos más eminentes, Pedro Ortiz-Armengol, describió como “su tenaz ocultación de sí mismo”. Lo que previno e impidió la construcción de un personaje prototípico a partir de su propia vida, eficaz estrategia explotada por los autores modernos para resaltar su imagen pública, como evidencian casos tan dispares como los de Goethe, Balzac, Víctor Hugo, Flaubert o Tolstói, por citar algunos al azar. Unas fisonomías arquetípicas idealizadoras que tan extraordinariamente favorables resultan para promocionar el prestigio y la fama del escritor. En España, grandes admiradores de Galdós recurrirían a idéntico recurso, como se constata en los semblantes autoconstruidos de Unamuno, Azorín, Baroja o Valle-Inclán. Claro que esas efigies escondían, también, de otro modo, la personalidad auténtica de sus creadores. Pérez Galdós lo consideraba un ardid presuntuoso con el único fin de embaucar, por lo que prefirió un extremo retraimiento, convirtiéndose en un militante del sigilo sobre sí mismo.

Esto coaccionó de un modo decisivo a aquellos conocedores de su existencia íntima dotados de un talento para escribir una gran biografía del excelso novelista: Emilia Pardo Bazán, Leopoldo Alas, Armando Palacio Valdés, y de forma muy destacada, Gregorio Marañón, su amigo y médico personal. Todos ellos nos ofrecieron pinceladas jugosas de esa identidad celada, pero nunca quisieron contravenir la voluntad galdosiana de velarse a sí mismo.

El ensayo biográfico Galdós en la encrucijada no se propone desvelar ningún hecho escabroso o insólito, sino rescatar la adolescencia de don Benito, para encontrar los resortes de aquello que José Ortega y Gasset denominó la vocación creativa. La inscribe en el inicio de la prosperidad de Las Palmas de Gran Canaria, en el seno de una familia cuyo padre, Sebastián Pérez Macías, oficial del Ejército que había participado como subteniente en la Guerra de Independencia contra las tropas napoleónicas, dedicaba, no obstante, más esfuerzos a gestionar sus productivas empresas. Y con una madre ultracatólica, Dolores Galdós, hija de un funcionario del Santo Oficio, don Domingo Galdós y Alcorta, llegado a Canarias desde su Azcoitia, en su Guipúzcoa natal. No cabe duda que la ascendencia de sus progenitores dejará un pronunciado rastro en sus creaciones, en su simpatía por las acciones heroicas y el ahínco empresarial, así como en su adversión a las mentalidades inquisitoriales. Pero Hernández Tristán liga el hecho capital de la vocación de Galdós al movimiento liberal canario en torno a los conocidos como los Niños de La Laguna y a la vuelta del exilio británico de los liberales huidos en la época absolutista. Sería determinante el ingreso de Pérez Galdós como interno en una de las corporaciones puestas en marcha por el liberalismo isleño, el colegio San Agustín, donde cursó estudios desde 1853, con diez años, hasta 1862, con dieciocho. Es este el periodo explorado con afán. Lleva razón Rafael Hernández Tristán en que la vida de Galdós en el internado contradice de plano la afirmación del protagonista de llevar una existencia anodina de un bachiller insustancial.

Muy al contrario, Benito Pérez Galdós se revela como un prometedor músico que da conciertos de piano, un artista del pincel cuyas pinturas obtienen premios públicos, un acerado maestro de la caricatura cuyas producciones saltan a la prensa canaria, junto a sus primeras composiciones y artículos que en ocasiones acceden a los periódicos de Cádiz y Madrid, además de componer dramas románticos y ser un consumado seductor. Sin duda, esta no es una adolescencia trivial e insípida, sino repleta de episodios novelescos que hubieran dado mucho juego a una colorista autobiografía, si no fuese por el carácter esquivo de un autor al que se le atribuye la tremebunda afirmación de: “Yo nací a los veinte años”.

Es en este internado en el Colegio San Agustín donde Hernández Tristán sitúa la “encrucijada” de Galdós. Puede elegir ser militar, empresario, periodista, músico, pintor, abogado, político. El biógrafo coloca la decisión última de dedicarse a la escritura a la repercusión de sus colaboraciones adolescentes en el diario liberal El Ómnibus, a la resonancia pública de sus escritos, con controversias, escándalos y elogios: “Es seguramente el último empujón que necesita su voluntad para llevarlo sin remisión posible por la senda de la escritura”.

A partir de aquí, este estudio sobre las raíces vocacionales de Galdós se centra en seguir el proceso a través del cual el futuro novelista lleva a cabo el propósito de ser un escritor profesional determinado a vivir en exclusiva de sus escritos. Su instalación en Madrid, sus hábitos bohemios, la asistencia a tertulias y espectáculos teatrales y operísticos, sus fracasos como dramaturgo y sus éxitos en las redacciones de los diarios que le conducirán, finalmente, a la publicación de su primera novela, La Fontana de Oro, en 1870, canto a los movimientos liberales contra el absolutismo heredado del Antiguo Régimen.

Queda, sin embargo, en pie el enigma del voluntario borrado galdosiano de sus primeros veinte años y el motivo, en palabras de Hernández Tristán, de hacerse “un experto en el difícil arte de pasar desapercibido”. Incógnitas que en parte la investigación puede despejar, pero que quizá en gran medida conserven por siempre su misterio, si damos crédito a la apreciación de María Zambrano en La España de Galdós: “Toda historia, aun la individual, resulta impenetrable, como si tuviera designios propios e indecibles razones”. Algo que Benito Pérez Galdós sabía a la perfección, aunque lo expresase en términos narrativos o acciones escénicas, en vez de conceptuales. Recuérdese aquel episodio de Napoleón en Chamartín, en el que Gabriel Araceli tiene en suerte acceder al Palacio del Pardo donde el Emperador Bonaparte debate con su hermano. Araceli y los cortesanos los ven a través de una ventana, en una sala cuya luz dibuja sus siluetas con un efecto de linterna mágica. La sombra hace un gesto negativo, y cada cortesano lo interpreta a su modo: “que no cederá a nadie sus derechos a la corona de España”. Otro: “estará diciendo que pasará por todo menos porque los ingleses se metan aquí”. Otro más: “¡Quiá! Lo que debe de estar diciendo es que los españoles no podrán resistir mucho”. Luego la sombra hace un gesto que indica “sí”, y los cortesanos disputan a qué se refiere con el gesto afirmativo. De la conferencia de los hermanos Bonaparte, solo quedan inferencias, deducciones, suposiciones, imaginaciones. Como en todo hecho humano, convertido en la sombra en una cueva, cuya expresión categórica queda abierta al interrogante, al acertijo, la conjetura y la duda última. Aunque, sin duda, Galdós emborronase de sombra su propio carácter, para iluminar con más nitidez el de sus inolvidables criaturas.

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El enigma del Escorial. Henry Kamen. Editorial Espasa

Libro recomendado por José Félix Escudero Pitarch

El famoso hispanista británico H. Kamen, se ha acercado con determinación y amplia visión crítica a la España Imperial y ha profundizado en lo que supuestamente se denomina las raíces de lo español. Leí hace unos años La invención de España del mismo autor y quedé gratamente sorprendido por la profundidad reflexiva, el manejo de las fuentes históricas y la brillantez del discurso narrativo. Al caer en mis manos El enigma del Escorial, no sabía que además de delimitar con precisión las razones de su construcción, los modelos arquitectónicos que sirvieron de influencia, las colecciones de arte, sobre todo sacro, que incluye este monumental edificio de 33.325 metros cuadrados de superficie en la sierra norte de Madrid, establece en una suerte de prólogo que enmarca el relato historiográfico, las coordenadas humanas, sociales, política y morales de un rey, Felipe II, al que yo conocía poco y mal y de quien tenía opiniones infundadas, producto de una deficiente educación histórica en mi época de estudiantes.

Confieso haber disfrutado de esa larga digresión sobre la figura del nieto de la reina Juana de Castilla e hijo del emperador Carlos, porque lo ha humanizado a mis ojos y supongo que a los de cualquier lector interesado. en conocer mejor el currículo vital de alguien tan importante para España y Europa en la segunda mitad del siglo XVI.

El título del libro indica que en el mismo se pretende resolver y creo que el autor lo consigue de lleno, el enigma de la construcción de una obra que en su tiempo fue una de las siete maravillas del mundo. Kamen desmonta una a una las variadas especulaciones históricas a cuenta del propósito final de tal construcción, monasterio, tumba real, palacio residencia de la corte, emblema de una cierta españolidad, etc.

El serpenteo por los vericuetos de la mente de un monarca joven, resuelto, esforzado y puente de culturas entre España y sus reinos, añadido a las detalladas informaciones sobre el desarrollo de la obra por artistas flamencos, italianos y españoles, es fácil de seguir en el lenguaje culto del hispanista inglés y desvela las claves de un reinado largo y provechoso. Es un buen libro que te pone de frente a un periodo histórico restallante y. Racial. No defrauda.

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Un Ovidio rejuvenecido

Libro recomendado por Esteban Bérchez

Las traducciones contienen una especie de desazón vital: nacen con el fin de hacer accesible a otras personas un texto, pero están condenadas, sin llegar a morir del todo, a perder poco a poco su brillo y su primigenia razón de ser, pues las traducciones caducan y, con el paso del tiempo, dejan de sentirse cercanas para convertirse en débil testimonio de lo que fueron. Pero, además, la persona que traduce tiene que cargar con el propio peso de la culpa; la culpa de alterar, transformar, interpretar, al fin y al cabo, la obra original para ofrecer un producto que atraiga a un público lector. Bajo la culpa, sin embargo, yace una resignación que está azuzada por la responsabilidad. Ovidio es inmortal —¡qué duda cabe!­—, pero es gracias en parte a las traducciones de sus obras que sigue influyendo en la cultura actual; versiones que, sucediéndose unas a otras, adquieren una nueva pátina y dan una imagen rejuvenecida de unos versos que rezuman contemporaneidad en su contenido, pero quizá antigüedad en su forma.

Hay quien lee a Ovidio en latín y hay quien lo lee a través de los ojos del traductor, que consigue así compartir con el gran poeta un pequeño porcentaje de la autoría. He aquí una nueva interpretación de las celebérrimas Metamorfosis ovidianas de la mano de Xavier Mata Oroval, profesor de latín y músico, rítmica y armónica simbiosis, acaso idónea para dar una peculiar y novedosa versión de un Clásico (la mayúscula es intencionada). Se trata de una antología, palabra que, por cierto, proviene del griego y significa etimológicamente ‘elección de flores’ y que se equipara con el rimbombante vocablo latino florilegium ‘florilegio’. Se trata, como decía, de una antología, es decir, de un ramillete de flores confeccionado por el traductor, a tenor —suponemos— de sus preferencias y querencias. 27 historias mitológicas de las más de 250 que Ovidio compuso y a las que preceden, por un lado, preciosas ilustraciones de Aitana Carrasco que en una imagen condensan planteamiento, nudo y desenlace de la historia, y por otro los sugerentes, por originales, títulos. La turbulenta narración de Apolo y Dafne es “El llorer de la derrota”; la accidentada fábula de Acteón y Diana es “El caçador caçat”; o el asombroso amor de Pigmalión por su propia obra recibe el título de “L’art de la vida”.

La originalidad de Ovidio, tan dado al juego de palabras, tiene en Mata Oroval un emulador y para muestra algunas frases de su breve, amena y reflexiva introducción: “Fet i fet, l’obra magna d’Ovidi sembla un magma enorme i indòmit, poc amic de les estructures”; “MET-AMOR-FOSIS […] subtil joc de paraules del nostre autor, on s’estaria al·ludint alhora a dos grans fils conductors del poema: la metamorfosi i l’amor”; “[Metamorfosis] és un extens catàleg de possibilitats amoroses: amor homosexual (Jacint), amor a un mateix (Narcís), amor conjugal (Baucis y Filèmon), sexe brutal i animal (Tereu), amor sublimat (Pigmalió), amor incestuós (Biblis i Caune), amor interespècies (Pasífae i el bou)…”; “Ovidi és un mestre a narrar amb efectes especials, d’una manera molt cinematogràfica, cosa perceptible especialment en l’original llatí, amb una col·locació de paraules molt efectista”; “Que l’art imita la natura era un tòpic de l’antiguitat, però que la natura imite l’art és una afirmació ovidiana: l’art no és l’imitador sinó el definidor i creador de la realitat”.

Empezábamos hablando de la difícil labor —a veces no reconocida o infravalorada— del traductor. Sírvanos de ejemplo de la plasticidad de Ovidio y de la efectista versión de Mata Oroval las palabras que pronuncia Tisbe justo antes de suicidarse ante el cuerpo moribundo de su amado Píramo, quien —como siglos después hará Romeo en la obra de Shakespeare— se había quitado la vida creyendo que su amada había perecido: “La teua mà i el teu amor t’han dut a la mort, infeliç! També tinc jo una mà forta per a això, també tinc jo amor: aquest em donarà forces per a ferir-me. Et seguiré fins i tot mort i es dirà de mi, desgraciadíssima, que he estat causa de la mort i companya teua i, ai!, tu que només em podies ser arrancat per la mort, ni amb la mort te’m podran arrancar!”.

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La muerte de un pequeño burgués. Franz Werfel.

La muerte del pequeño burgués. Franz Werfel. Ediciones Igitur

Libro recomendado por José Félix Escudero Pitarch

Regirant els calaixos de la meua biblioteca vaig trobar fa unes setmanes, un llibre de l’escriptor austríac, Franz Werfel i com que el record era prou llunyà vaig buscar els elements biogràfics necessaris per situar-lo al seu temps material i literari. Resultà ser que aquest autor, coetani i amic d’alguns dels escriptors més importants de la primera part del segle XX, Robert Musil, Hermann Broch, Joseph Roth o Franz Kafka, per només mencionar els més significatius, ja disposava als quatorze anys d’un important recull de versos que recitava amb veu ferma i tornant pels cafès literaris de Viena dalt d’una cadira. Va ser protegit des de bon començament per Max Brod, el mentor de Kafka i no va parar de fer poesia, novela, teatre i assaig de manera abundant i amb gran èxit fins que va haver de fugir del nazis i emigrar als EEUU, on va morir en la dècada dels anys cinquanta.

Popularment se’l recorda per la Canción de Bernadette, duta tambè al cinema, però aquest recull de novel·les curtes, tres. Intitolat, La muerte del pequeño burgués, és una meravella literària, una peça d’orfebreria textual per on s’esmicola tota la vella sabiduria, tota la tristor i tota la decadència d’una època i d’ imperi com el Austro-hongarés.

Un centenar i escàs de planes en son suficients per fer palés el naixement d’una nova manera d’entendre l’escriptura, no debades l’autor que us porte hui a aquesta plana, va ser un dels fundadors del moviment cultural de La Nueva Viena i de l’expressionisme literari.

Res tan precís i minuciós com la despulla emocional i física del personatge del relat de La muerte del pequeño burgués. Res tan senzill i comprometedor alhora que aquestes poques planes d’excel.lent escriptura. Un segle hi cap, també una manera d’entendre la vida d’una mació, de moltes nacions, que s’apagava al ritme que els pulmons del protagonista treien l’últim alé. Imprescindible.

 

Millenium 4, Lo que no te mata te hace más fuerte

Lo que no te mata te hace más fuerte. millenium 4. David Lagercrantz. Editorial Booket

Libro recomendado por Sheila Cubas Domínguez

En esta ocasión, Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist se ven envueltos en una terrible trama internacional casi por casualidad. Mikael, por un lado, está siendo objeto de una serie de ataques que están menoscabando su credibilidad como periodista que hacen peligrar su continuidad en Millenium.  Lisbeth, por su parte, ha descubierto unas actividades inquietantes que proceden, en parte, de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, la NSA. El nexo de unión de ambos es, esta vez, Frans Balder, un investigador especializado en Inteligencia Artificial, y su hijo autista August, quienes están en peligro debido precisamente a esta investigación sobre IA. Lisbeth tendrá que enfrentarse a numerosos obstáculos, incluida la policía, ya que las garras de sus enemigos son largas y alcanzan cualquier lugar donde intente esconderse. Además, una antigua rival aparece de nuevo en su vida, por lo que Lisbeth debe también enfrentarse a su pasado.
David Lagercrantz, el escritor elegido para dar continuidad a la saga Millenium, es un digno heredero de Stieg Larsson. La historia, enredada en un complicadísimo juego de poder que involucra a diferentes organizaciones legales y no legales, se desarrolla con un ritmo trepidante y atrevido, dándole al lector la información justa para que quede atrapado en la trama sin posibilidad de escape. Nuevos personajes y nuevos misterios se entrelazan en esta nueva entrega de la saga que no puede dejar indiferente a nadie.

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Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo

Libro recomendado por Esteban Bérchez

Pocos temas hay tan controvertidos hoy en día como el del lenguaje inclusivo. Adoptar unas posturas u otras puede llevar a malos entendidos e incluso a juzgar a una persona de lo que no es. Por ello no es de extrañar que Grijelmo, uno de los expertos más perspicaces y rigurosos de la lengua castellana, empiece —con una muestra de honestidad— tildando su libro de “documento abierto a sugerencias, enmiendas y correcciones, incluso a ser desechado en su totalidad”. A lo largo de diez capítulos aborda el tema desde las dimensiones propias de todo lingüista, la diacronía y la sincronía, insistiendo repetidas veces y casi como hilo conductor que no es la lengua la que es machista, sino el uso que se hace de ella. El libro trata la creación del masculino genérico “como consecuencia de la importancia de la mujer” y no “como fruto de la dominación de los varones”; las duplicaciones, tan habituales en la actualidad y a veces tan innecesarias; y los recursos adoptados por algunas personas para incluir en un mismo morfema tanto a hombres como mujeres (la terminación –es, les niñes, en vez de los niños y las niñas; la arroba, que ni siquiera es un signo lingüístico, trabajador@s; o la x, impronunciable en castellano, trabajadorxs). Habla también Grijelmo del lenguaje identitario, es decir, aquel que se erige como símbolo del feminismo: sororidad, patriarcado, heteropatriarcado, androcentrismo, micromachismo, Mansplaining, techo de cristal…, términos identitarios (lo mismo que jueza o género) que, más allá de asumirlos o no, “sirven para identificar los conflictos y, al nombrarlos, crear la conciencia de que existen”. Apunta las reformas que ha hecho el DRAE en este ámbito y las mejoras que, en opinión del autor, todavía le faltan por hacer. Analiza el mal uso de la palabra género, acaso por una errónea traducción del inglés gender, en expresiones del tipo “igualdad de género” o “perspectivas de género” y propone —todo su libro, como bien indica el título, es una propuesta además de un estado de la cuestión— otras expresiones del tipo “igualdad sexual” y “perspectiva feminista”. Y asimismo critica, por impreciso e inexacto, el uso de expresiones como “violencia intrafamiliar, familiar, en el hogar o doméstica”. Especial interés tiene como colofón y recopilación de sus ideas principales el “Borrador de propuestas de acuerdo sobre lenguaje inclusivo”, 36 propuestas en 8 páginas que desean “ofrecer un marco que pueda ayudar a una aproximación de posturas cada vez más necesaria”, a la vez que despertar la reflexión en el lector.

Un trabajo este, en conclusión, tratado desde un respeto exquisito a la variedad de opiniones y sustentado en una amplia bibliografía sobre el tema y un conocimiento profundo de la lengua castellana. “La mejor manera de hacer que la lengua española deje de ser machista —apunta Grijelmo recogiendo las palabras de José Luis Mendívil, profesor de la Universidad de Zaragoza— es que lo dejen de ser sus hablantes”.

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Financiarización y derecho a la vivienda, una relación controvertida

Los Años de la Crisis de la Vivienda

Los Años de la Crisis de la Vivienda. Sergio Nasarre Aznar. Editorial Tirant lo Blanch

Libro recomendado por Fernando Zunzunegui

El acceso a la vivienda en propiedad o en régimen de alquiler viene asociado al desarrollo de la economía financiera. La compra de una vivienda constituye la principal operación en la vida familiar y se suele financiar hipotecando la vivienda. A su vez, el mercado de capitales permite captar recursos para adquirir inmuebles destinados al alquiler. De este modo, el desarrollo del mercado financiero contribuye a la creación de un mercado inmobiliario capaz de ofrecer distintas alternativas habitacionales. Es un proceso vivo, en constante cambio. La tecnología financiera conocida como Fintech crea plataformas de crowdfunding que permiten financiar la adquisición de viviendas apelando al ahorro del público. Surgen así alternativas a la financiación bancaria que todavía domina el mercado inmobiliario. Hay una simbiosis entre el derecho a la vivienda y la vivienda como activo financiero. Es una asociación de la que se saca un provecho mutuo. Para la familia, la financiarización facilita el acceso a la vivienda, para la banca o los inversores es un negocio lucrativo. La vivienda es un bien inmueble que sirve de garantía al préstamo o es el objeto de las inversiones de fondos inmobiliarios dedicados al alquiler.

Sobre esta tensión entre el derecho a la vivienda y su consideración como un activo financiero se ocupa el libro de Sergio Nasarre, catedrático de Derecho civil, consultor internacional, “Los años de la crisis de la vivienda” bajo el subtítulo “De las hipotecas subprime a la vivienda colaborativa”. Su perspectiva es histórica, con un análisis del marco legal como base para proponer reformas estructurales. Con este enfoque, analiza en profundidad el mercado de la vivienda en Estados Unidos para tratar de explicar la crisis subprime que estalla en 2008 con la quiebra de Lehman Brothers. Fue una crisis vinculada a la ingeniería financiera, en particular al empaquetado y distribución de títulos hipotecarios. Tras diseccionar el origen y desarrollo de esta crisis hipotecaria, Nasarre estudia la crisis en España, la respuesta de los jueces y la tardía reacción del legislador, para concluir con una propuesta de marco legal para la vivienda desde la perspectiva del Derecho civil.

Es una obra mayor, monumental, de 650 páginas con medio millar de referencias en 1.796 citas. Que falten menciones a la mejor doctrina como a Matilde Cuena, catedrática de Derecho civil especialista en crédito responsable o Alberto Tapia Hermida, catedrático de Derecho mercantil experto en titulización hipotecaria, no le resta valor. Es una obra imprescindible para entender las relaciones entre el mercado hipotecario y el derecho a la vivienda. De hecho, siendo Sergio Nasarre una referencia mundial para entender y sacar lecciones de la crisis de la vivienda no se comprende que no fuera invitado a comparecer en la Comisión parlamentaria de investigación de la crisis financiera. Su informe final habría salido enriquecido con sus aportaciones. Una pena que no contemos con la opinión de los mejores con demasiada frecuencia.

Acierta Nasarre al centrar su estudio en la búsqueda de un equilibrio entre la tensión que sufre la vivienda “al ser a la vez un activo financiero y un derecho humano”. Es un tema políticamente sensible1. En su opinión: “La vivienda es un terreno abonado para lobbies y políticos de toda índole”. De ahí, la dificultad de dar una respuesta adecuada a una crisis cuyos efectos comenzaron siendo “financieros y económicos”, y que más tarde “se tornaron sociales y luego políticos e, incluso, territoriales”. Sin datos contrastados, remarca Nasarre, se inició un «proceso de ensayo-error» de cambio legislativo, con una reacción apresurada de la judicatura y de las comunidades autónomas que ha generado “dispersión legislativa e inseguridad jurídica”. Ante la pasividad del legislador surge una jurisprudencia que decide en equidad no en Derecho, lo que provoca, según Nasarre, una “inseguridad jurídica que ha afectado a la fortaleza de la hipoteca como garantía”. La solución no puede venir ni de una jurisprudencia de rescate social que el autor califica de “robin-prudencia” ni de una “legislación apresurada intervencionista”. En su opinión, “solo desde el Derecho civil es posible crear una infraestructura legal sólida y coherente sobre el concepto de vivienda y dotar de contenido tangible el «derecho a la vivienda»”. El estudio de la evolución histórica del derecho a la vivienda le hace desconfiar del mercado financiero. Considera Nasarre que “no debería estar permitido especular con primeras viviendas”. Estas afirmaciones dan para un buen debate doctrinal. Desde otra perspectiva, se puede considerar que el derecho a la vivienda es un derecho poliédrico que requiere un tratamiento multidisciplinar de las ciencias sociales, y que, desde la perspectiva del Derecho, desborda la tradicional distinción entre derecho civil y derecho mercantil, y entre Derecho público y Derecho privado. Forma parte del nuevo Derecho de la regulación de la vida económica. No es posible estructurar el derecho a la vivienda desconectado de la financiación de la vivienda.

Lo cierto es que en el problema de la vivienda ha faltado la perspectiva financiera. La concesión responsable de crédito es la mejor forma de evitar el sobreendeudamiento que provoca incumplimientos, ejecuciones hipotecarias y desahucios. La regulación financiera exige al banco que contrata un préstamo hipotecario actuar “de manera honesta, imparcial, transparente y profesional teniendo en cuenta los derechos y los intereses de los consumidores”. Conociendo las prácticas bancarias, Nasarre se pregunta si “¿no estamos realmente contentándonos con un “brindis al sol”, pues legalmente se le está exigiendo [al banco] incurrir en un conflicto de intereses, que difícilmente sabrá resolver y que añade incertidumbre —ergo costes para todos— a este negocio?”. Pero es precisamente la perspectiva original de la regulación financiera, que se separa del tradicional caveat emptor, el elemento diferencial que permite equilibrar la relación banco-cliente.  El objetivo de la regulación del préstamo hipotecario es lograr que el cliente pueda acudir al crédito orientado por un profesional al que no le está permitido anteponer su interés al interés del cliente. El banco debe ser transparente y desvelar sus conflictos de intereses. Tiene prohibido vincular productos para multiplicar sus ganancias y, si se presenta como asesor, debe actuar en interés del cliente. Sólo integrando el régimen civil del préstamo hipotecario con la regulación financiera es posible crear un sistema sostenible y equilibrado.

Las crisis sirven para probar la resistencia de las instituciones. El parón económico de COVID-19 ha repercutido en el derecho a la vivienda. Con independencia de su forma de tenencia, se han aprobado moratorias para protegerlo, ya sean del pago del alquiler o de las cuotas hipotecarias. Estas medidas de urgencia desvelan la vinculación esencial que existe entre el derecho a la vivienda y su financiación. Para hacer frente a la emergencia sanitaria se ha aprobado un estado de alarma que ha confinado en sus viviendas a toda la población. Esta medida ha puesto de relieve las dificultades de separación social en las viviendas compartidas como vías intermedias de tenencia entre la propiedad y el alquiler. A esta problemática no es ajena la obra de Nasarre como ha puesto de relieve en un reciente artículo. Ni las cooperativas de vivienda ni otros subproductos de la economía colaborativa “pueden funcionar como alternativas reales y universales al dominio, especialmente a un dominio sostenible y a unos arrendamientos equilibrados”.  Hablamos, dice Nasarre, “de privilegiar a unas docenas de familias para que decidan, aun habiéndolo conseguido ellas con ayuda pública, quién puede entrar (y quién debe salir) en cada vivienda de un determinado edificio y en qué condiciones, recuperando una suerte de vinculaciones medievales sobre el edificio”. Es claro en sus argumentos y rotundo en sus críticas.

La obra de Sergio Nasarre sobre la crisis de la vivienda resulta imprescindible para entender la raíz del problema y sus posibles soluciones, que en su opinión deben ser estructurales y no meramente paliativas. Propone Nasarre una revisión de la hipoteca, para «ser más flexible». Es partidario de una «variedad de tenencias funcionales». Es imprescindible que España se dote de un continuum de propuestas que vayan desde el alquiler social a la vivienda libre en propiedad, pasando por la vivienda social, las tenencias intermedias de propiedad compartida o la “vivienda colaborativa”. No obstante, descarta por privilegiadas las propuestas politizadas de vivienda colaborativa. En la situación actual, opta por lo más tradicional, la vivienda en propiedad con una ventana abierta al “arrendamiento urbano de vivienda incentivado (nunca impuesto)”.

El confinamiento de COVID-19 permite reconsiderar vivir en el centro de las grandes ciudades a cualquier precio. El teletrabajo y la economía digital impulsan un nuevo equilibrio territorial. En opinión de Nasarre, las políticas de vivienda deben ir acompañadas de políticas de territorio para que “nuestros jóvenes puedan quedarse donde han nacido”, lo que puede contribuir a dar solución a la “España vaciada”.

Estamos ante una obra original en su análisis y valiente en sus propuestas. Es la culminación de un cuarto de siglo de labor académica. Un texto denso sobre un tema complejo que no se puede resumir en un eslogan de Twitter como nos dice el autor al comienzo de la obra. Por esta razón llama la atención que Sergio Nasarre se haya lanzado en esta red social a compartir una frase diaria sobre la crisis de la vivienda. Un lujo para sus lectores. Me quedo con estas dos frases del autor. “No existen fórmulas mágicas ni soluciones sencillas a problemas complejos, como el de la #vivienda”. “No pueden comprenderse en toda su dimensión ni las causas ni las consecuencias de la #crisis de la #vivienda sin el #Derecho.” Y añado un epílogo: “No puede entenderse la crisis de la vivienda en España y sus posibles soluciones sin leer el libro de Sergio Nasarre”.

1 Así lo indicábamos en nuestro informe encargado y publicado por el Parlamento Europeo: “Mortgage credit, in particular when the mortgage is for the debtor’s habitual residence, affects the fundamental right to housing[…]Just like derivatives, housing finance ‘is politically sensitive’ since it triggered the financial crisis”. Vid. Zunzunegui, F.: Mortgage Credit, Study requested by the European Parliament’s Committee on Economic and Monetary Affairs (ECON), junio 2018, p. 10.

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Lo que le falta al tiempo

Libro recomendado por José Félix Escudero Pitarch

Esta que os reseño es una fantástica novela y no al revés, una novela fantástica. Por el lenguaje que utiliza, ancho como un gran río, libre y susurrante como un arroyo, parecería que se mete en el territorio de las literaturas de Carpentier, Roa Bastos o incluso de Bioy o de Borges, pero no. Esta es una novela que refleja la incesante y atormentada búsqueda de la plenitud de todos y cada uno de los personajes importantes del libro, el pintor Cádiz, su mujer, la fotógrafa Sara Miller y la pintora Mazarine, discípula del pintor español afincado en París y supuesta descendiente de La Santa, una figura esencial de la secta de los Arts Amantis, corriente de pensamiento religioso herético entroncada en Los Cátaros.
La autora, escritora colombiana que dirigió en Barcelona una de las más creativas agencias de publicidad y se pasó de modo abrupto y rutilante a la creación literaria, se mueve con enorme destreza por el laberinto emocional que se crea tras la aparición en la vda de madurez del pintor Cádiz de Mazarine, una solitaria y excéntrica aprendiz de pintora que se mete en su taller a recibir clases y acaba conmocionando el entorno anímico, sociológico y vivencias de cuantos la rodean. El halo de milagrosa energía que Angeles Becerra le concede a Mazarine, acaso derivada de la posesión secreta de una antiquísima reliquia, es tan poderoso que exige un lenguaje de partidas resonancia mágica al hecho relatado.
Por momentos es una novela barroca, por momentos se ajusta al realismo mágico, pero la sensación es una derivada del esfuerzo de la autora por relatar de modo contundente los afanes de plenitud de todos y cada uno de los personajes. La trama es esencialmente emocional, gira en torno a la posesión satisfecha e insatisfecha de quienes ostentan las riendas de la ficción, la gran fotógrafa americana, el pintor español, creador del movimiento del dualismo mágico, el hijo de ambos, Pascal, un siquiatra con carencias afectivas derivadas de una educación alejada de sus padres, Mazarine y Jéremie, un miembro de la secta cátara que investiga sin cesar los pasos de Mazarine a la búsqueda de los restos incorruptos de Sienna, símbolo de las creencias de su secta.
El amor que despierta la pintora huérfana en el pintor español y en su hijo Pascal es de proporciones gigantescas, las mismas que dimensionan la búsqueda de la plenitud creativa del matrimonio y las mismas que los llevan al reconocimiento explícito de una decadencia imparable.
A ratos te gustaría una rebaja de la intensidad narrativa, pero no puedes abandonar este relato de vida plena, de muerte al acecho, de Resurrección y esperanza. No os cuento el final de esta hermosa novela. Es uno de los tres posibles que tenia la novela y no es el más improbable,al pasar la última página, se oye de fondo un enorme suspiro.

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El espíritu del tiempo

El espíritu del tiempo. Martí Domínguez

El espíritu del tiempo. Martí Domínguez. Ediciones Destino

Libro recomendado por Rafael Domínguez Romero

El espíritu del tiempo” de Martí Domínguez obra ganadora del Premi Llibreter de València a la mejor novela de 2019 y Premio Òmnium de narrativa 2020 llega ahora traducido por el propio autor al castellano.
Una novela intensa y dura con un principio sobrecogedor, que nos adentra en un mundo de horror, que como un tsunami arrasó la Europa intelectual y altiva del siglo XX.
Utilizando como narrador a un científico, especializado en el comportamiento de los animales, el autor nos introduce en esa gran incógnita que siempre hemos tenido.
¿Cómo es posible que una sociedad tan poderosa intelectualmente como era la alemana y austriaca fuera capaz de llegar tan lejos con el holocausto judío?
La soberbia mezclada con una falta absoluta de moralidad arrastró a una sociedad teóricamente superior avalada por las grandes universidades y las cátedras más importantes de Europa a lo que fue la búsqueda de la superioridad racial basada en el antisemitismo visceral imperante en toda Europa.
La separación de más de 200 mil niños de sus familias para entregarlos a familias arias porque cumplían los requisitos físicos y así poder repoblar los territorios conquistados con una población debidamente germanizada.
El exterminio sistemático de judíos, gitanos y todos aquellos llamados “subhumanos” por el régimen nazi, el deber genésico de los alemanes a repoblar la nación, que dió pie a la aparición de las “Lebesborn” por parte del líder de las SS Heinrich Himmler , donde jóvenes arias eran puestas a disposición de los oficiales de las SS para engendrar una raza pura, fueron prácticas fundamentadas en criterios científicos respaldados desde las más altas autoridades universitarias de una Europa cegada por “el espíritu del tiempo”.

El quid de la novela es ver como el nazismo no era algo oculto, que nadie veía, y así tranquilizamos nuestras conciencias, y como una sociedad se puede dejar arrastrar por una ciencia sin conciencia. Una lectura que sin duda no le dejará indiferente.

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