Libro recomendado por Mireia Fuster. Librería Tirant lo Blanch.
Si tuviéramos que encuadrar esta novela dentro de una temática, esa sería, sin duda, la narrativa romántica. Sin embargo, me parece que poca justicia le hace esta clasificación, porque ofrece mucho más que una bonita historia de amor. Trasciende todas las expectativas que se puedan generar al comenzar una novela de este género literario.
Su autora, Paola Calasanz, más conocida como Dulcinea en las redes sociales, es una escritora novel que ha demostrado en su primera novela una gran capacidad para llegar al corazón de las personas. Activista por los derechos de los animales, introduce la concienciación de una forma original, utilizando como medio la narrativa de ficción.
A través de la historia de amor que surge entre los protagonistas, la autora nos muestra la realidad que se esconde detrás de las explotaciones ganaderas, nos invita a la reflexión, nos anima a conectar con la naturaleza y con toda la belleza que se esconde en ella y, sobre todo, lanza dos mensajes claros. En primer lugar, la vida no es tal y como se muestra en las redes sociales. En ellas sólo podemos ver pequeñas parcelitas de una realidad mucho mayor, y en ocasiones no nos permiten formarnos una imagen fidedigna de lo que hay detrás de las mismas. El segundo de los mensajes que trata de transmitir es el respeto por el entorno que nos rodea: montes, montañas, selvas, vegetación, animales…. adentrándonos en bosques salvajes que rebosan vida y encanto.
Es una historia que emociona, que durante su lectura te sube en una nube y te hace soñar que un mundo mejor es posible. Las descripciones de los lugares, la magia que envuelve al libro y las historias entrañables que se van tejiendo entre unos cuidadísimos personajes secundarios, logran intensificar el nudo de emociones que desata la lectura de esta novela. Es de esos libros que al terminar de leerlos, te dejan con una bonita sensación que perdura con el transcurrir de los días. Gracias a Jake y Flor, los dos protagonistas, por hacerme disfrutar tanto con su apasionada y vibrante historia.
Esta obra literaria también podría llevar por título “El día que sueñes…”. Así, con puntos suspensivos, y cada cual que complete la frase. Porque a mi este libro me hizo SOÑAR, con mayúsculas.
Por último, mención especial merece la ilustración de la portada realizada por Ana Santos. Simplemente, preciosa.
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