LIBRO RECOMENDADO POR: Salvador Vives López. CEO en Tirant lo Blanch.
Cuando uno ve “El silencio de los Corderos” sufre siempre un terror profundo, abismal, extraordinario. ¿Y por qué? Pues porque el mal absoluto, el mal sin paliativos no deja de sorprendernos y asombrarnos. El libro que introduzco hoy tiene un primer acierto en el subtítulo del mismo: Una exploración del mal.
Cuando ya no hay nada, solo maldad sin límite nos aparecen un montón de preguntas: ¿Qué hacemos? ¿Cómo localizamos a los delincuentes? ¿Cómo nos explicamos la situación?, ¿Qué medidas adoptamos? ¿Tiene remedio?, ¿Tenían libertad de elección los malvados? ¿Aplicamos medidas de seguridad?
Y a contestar a todo ello se ponen Vicente Garrido y Virgilio Latorre en este espléndido libro que da un repaso por todas las cuestiones anteriormente planteadas-
El libro recoge muy bien la idea de la colección Cine y Derecho, imbricando perfectamente el comentario cinematográfico con las necesarias cuestiones jurídico penales y criminológicas. En este sentido usa generosamente diálogos de la propia película, nos da claves sobre la misma , a veces no tan obvias, (la aplicación de la teoría de juegos a la relación Lecter-Clarice por ejemplo) y nos analiza a fondo los personajes.
En cuanto a las cuestiones criminológicas, especialmente interesante resulta la descripción de la evolución de la ciencia criminológica que la película tan bien describe, hacia la elaboración de perfiles criminológicos para la detención de este tipo de delincuentes. De hecho la película tiene un hilo conductor evidente en la incorporación de estos perfiles criminológicos en el FBI como parte necesaria y esencial de la propia investigación.
Y en cuanto a los jurídicos penales se nos ofrece una amplia panorámica de las cuestiones que rodean a la psicopatía: La libertad o no del psicópata para tomar decisiones, la regulación actual de la psicopatía en el mundo y en España, la posible adopción de medidas de seguridad etc.
Temas que desgraciadamente, y como hemos tenido ocasión de ver estos días, resultan de una actualidad permanente.
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